Hace 63 años, un día como hoy fue condenada a muerte una perrita callejera moscovita que por sus características amistosas y dóciles, por su obediencia e inteligencia, fue seleccionada para ir al espacio en una misión que no tenía planeado regresar; de todas formas Laika iba a morir.
Rusia convirtió en heroína a una perrita a la que llamaron Laika que, resultó ser la primera perra astronauta del planeta tierra. Aunque los científicos soviéticos dijeron haber introducido en su cabina un sistema de oxígeno, la verdad es que ella murió asfixiada y expuesta a infernales calores.
El 3 de noviembre de 1957 se dio inicio al viaje que no tenía planeado regresar. Para el experimento fueron reclutados con Laika, otros cuarenta perros callejeros, esto porque ellos habían demostrad adaptabilidad a los cambios y su sencillez en la alimentación, demostrando un mejor sistema de defensas que los perros consentidos de los hogares. Laika fue seleccionada por su tranquilidad, docilidad, pelo corto, tranquilidad e inteligencia. Inicialmente se pretendía realizar la misión con Belka, otra perrita recogida en el grupo con Laika, pero esta tenía el pelo más largo y un defecto en sus patitas que eran torcidas, por lo que su estética no era la mejor para las imágenes que inundarían el mundo con la falsa idea de que en el espacio exterior podría sobrevivir.
El sputnik 2 llevó a Laika a su viaje a la muerte mientras la propaganda soviética mostraba imágenes de los perros regresando felices a la tierra pretendiendo hacer creer que el programa canino espacial era seguro.
Para la época los soviéticos dijeron al mundo que Laika había recibido la eutanasia en vuelo y que no había tenido sufrimiento al morir, pero en 2002 se supo la verdadera historia, laika murió en una agonía lenta y desesperada, en medio de calores infernales y ruidos que sus sensibles oídos no podrían soportar. Podemos imaginar la angustia de este inocente animal que moría lentamente con cada metro de desplazamiento hacia el espacio, sin oxígeno. En pocas horas habría muerto.
Su cuerpo dio 2.370 vueltas a la tierra antes de regresar un año después carbonizado como prueba fehaciente de la crueldad humana que ha mostrado su ambición por “conquistar el mundo” a costa de lo que sea.
El 19 de agosto de 1960, una nueva misión fue lanzada al espacio, el Sputnik 5 llevaba a otras dos perritas, esta vez regresaron con vida después de dar 18 vueltas al planeta en al menos 25 horas. Belka y Strelka conquistaron el espacio y abrieron el camino para que meses después Yuri Gagarin se convirtiera en el primer cosmonauta que la historia de la humanidad registró.
Con ellas iban varios animales (un conejo grisáceo, 42 ratones, dos ratas), plantas y hongos. Este fue el primer viaje en el que todos sobrevivieron al regresar de la órbita.
No fueron los únicos perros que hicieron parte de los experimentos y Laika no fue la única en morir. Un día como hoy, animalistas recuerdan que Laika se convirtió en mártir para satisfacer la ambición humana.
Entre los homenajes hechos a Laika, existe una canción del grupo mecano que lleva su nombre y narra su historia.
