La columna pasada fue dedicada a describir lo que todos padecemos diariamente en los anteriores aspectos, hoy nos centraremos en las labores por hacer, muchas de ellas sencillas por tanto posibles, para alcanzar la meta propuesta de convertirnos en una eco ciudad certificada, y girar económicamente en torno a ese concepto. Esta sería la agenda:
Primero: Reiteramos que somos partidarios del uso por parte de privados del espacio colectivo. Lo segundo reconocer que el mayor uso de parques, es fundamental para la integración social, el bienestar en salud física y mental de los que habitamos Yopal, dificultando el uso para otros fines como el consumo de alucinógenos. Lo tercero hacer su inventario discriminándolo y cuantificando su área. Dudo que sepamos cuantos parques, plazoletas, glorietas etc., tenemos y el estado en que se encuentran. Cuarto: calcular el monto de su mantenimiento básico, y con esa información adelantar un macroproyecto de recuperación, cercándolos para el control de su uso, reglamentándolo, dotándolos de vigilancia tecnológica y física, mobiliario y resiembra de árboles, arbustos y plantas ornamentales.
El parque Central merece un tratamiento preferencial, para la recuperación de sus zonas verdes y dotarlo de mobiliario suficiente ¿Se imaginan peatonalizar sus áreas aledañas y extenderlas hasta el parque el resurgimiento? En otros espacios como el Patinódromo y el parque extremo, se debe continuar permitiendo el uso por parte de las escuelas privadas dedicadas a esos deportes, pero estableciendo responsabilidades mínimas, que, en los comodatos, contractualmente impidan, que además de lucrarse, devuelvan los escenarios inservibles.
Quinto, actualizar la reglamentación del uso del espacio público, particularmente por vendedores informales estacionarios o no, quienes deberían cumplir las normas mínimas especialmente de manipulación de alimentos. Sexto: realizar un concurso entre estudiantes de arquitectura y diseño industrial, precisamente para el diseño de sus carretas, motorizadas o no, y de las casetas, de modo que el paisaje urbano sea agradable, hoy los informales se ven como un ejército de desposeídos deambulando por la ciudad. Sexto: ayudarles, capacitándolos, en la presentación de sus productos y lo más importante crear un verdadero banco de pobres manejado por terceros al estilo de la fundación Amanecer. Séptimo: En las plazoletas y parques los fines de semana, organizar zonas de ventas de alimentos. Octavo: En aspectos como el uso de parasoles, por ejemplo, deben unificarse para ofrecer una identidad a la ciudad.
Noveno: recuperar el espacio público propietarizado por particulares, hay algunos ejemplos tan emblemáticos como lo fue un trecho de la carrera 23.
Décimo: En las áreas verdes, igual lo primero su cuantificación, proponerse como meta el logro del área mínima por habitante recomendada a nivel internacional. Continuar la recuperación del Parque de la Iguana. Podríamos estudiar la posibilidad de canjear el uso de grandes lotes, a cambio de impuestos y montar en ellos otros parques de modo provisional. Undécimo: Arborizar con especies nativas las vías de la ciudad y caracterizándolas, por vía de ejemplo una avenida con Yopos, otra con flor amarillos etc. Yopal debe convertirse en la ciudad del árbol y del agua. Duodécimo Similar situación con las glorietas y plazoletas y las esculturas, todo apunta a la que se considere la creación de una entidad no necesariamente pública al ornato de Yopal.
El clima favorece el desarrollo de una ciudad verde. Decimotercer: articular y recuperar las ciclovías, implementar carriles exclusivos para ciclas en otras vías y de transporte público en aquellas que actualmente son dobles en un solo sentido.
En sostenibilidad igual, el comparendo ambiental sin sanciones tangibles es un canto a la bandera, la implementación de la prohibición del plástico de un solo uso y otras medidas deben ir acompañadas de efectivas sanciones, pero también de estímulos financieros. Con esta revolución de pequeños cambios podemos logra el Yopal que se quiere.
Miguel Alfonso Pérez Figueredo