Dicen por ahí que es clave tener al guarda, la señora del tinto o al menos, a la secretaría de amiga cuando de estrategias de lobby se trata. Sin embargo, eso funciona muy bien en cuanto a entidades públicas, pero, ¿Ha pensado en la relevancia de tener al administrador de su conjunto o su edifico como un “amigo muy, pero muy, muy cercano”?
Si bien es cierto el mundo ya es una locura para adaptarse, ahora calcule cómo lo es vivir en propiedad horizontal y más cuando se está acostumbrado a las amplias sabanas de la llanura donde el espacio, es el menor de los problemas. Y ni que decir de las casas de las abuelas, equipadas con patios eternos en donde para jugar yermis, goloza, ponchado e incluso las escondidas, definitivamente parecían diseñadas. Y si, vivir en apartamentos ha sido una ruptura en nuestra idiosincrasia que a muchos les ha costado, pero volvió un fenómeno obligante cuando de acceder a vivienda se trata.
En Casanare desde hace más de diez años, el término “Propiedad Horizontal” ha empezado a coger vuelo en proyectos pioneros ejecutados mediante política de vivienda de interés social como por ejemplo Altos de Manare. Es un conjunto de palabras aún desconocido para la mayoría, que termina siendo la institución jurídica por la que se deben regir los diversos propietarios de los inmuebles y que resulta en la importancia de un Administrador (representante legal de la unidad inmobiliaria), y en cómo su gestión termina siendo vital, apoyada en un manual de convivencia (reglamento interno) asamblea y un consejo (conformadas por propietarios), para tener una gran experiencia en algún paso por un Conjunto Residencial.
Pero como apenas estamos exponiendo al público el mundo misterioso de un Administrador, empezamos en ésta primera parte, desglosando de manera muy superficial algunas sus funciones:
ATENCIÓN AL PÚBLICO: Al administrador le terminan endosando historias de esas a lo Gabriel García Márquez, con mucho “realismo mágico” que muy seguramente, darían buen material para un próximo nobel, lástima que no hay escritor… Pues los residentes son protagonistas de incontables situaciones que terminan exponiendo no solo su vida personal sino su capacidad para resolver situaciones incomodas. Muy regularmente, puede ser hasta el confidente del vecindario con semestres empíricos en psicología de relaciones interpersonales y resolución de conflictos. Porque si algo sabe un administrador, es que la propiedad Horizontal es un mercado complejo en donde se mezclan las clases sociales, políticas, religiosas y sobre todo, culturales, porque sabrá que no es lo mismo vivir con un costeño que con un rolo, y menos usted siendo llanero. Y como el buen trato no es un común denominador, hace al administrador esclavo de esas múltiples culturas como jefes, quienes en la mayoría son desconocedores de su propio manual de convivencia o reglamento interno. Razón por la cual el susodicho termina siendo un ejemplo de maestro en yoga, dotado con uno de los dones más exiguos por estos días, la paciencia. Agregándole a esa receta algo de mantequilla hasta para su apreciada madre, como blindaje a las faltas de respeto de las que continuamente es víctima.
CORRESPONDENCIA: El administrador es ese amigo sigiloso, querido y persistente, que cuando Enerca viene a cortarle el servicio, por si usted olvidó pagarlo, hace los pucheros para que el funcionario le otorgue un par de horas más mientras se pone en su contacto. Es quien le notifica por oficio, sobre la importancia de no dejar esos calzoncillos favoritos en el balcón donde sus vecinos de piso ya detectaron la fecha de vencimiento de la prenda. Es quien de manera muy especial, le solicita cuidar el horario de ingreso de esas amigas que solo quieren los esposos, de las esposas que reportan el asunto como una falta de respeto a la convivencia. Es quien comunica por e-mails, circular, verbal y de llamada telefónica, sobre la importancia de su asistencia a la asamblea extraordinaria a la que pocos desean ir, resultando en que muchos, ignoren los medios anteriores para incapacitarse con el famoso “no sabía de la asamblea”. Sin embargo, para el administrador es vital porque es su oportunidad de mostrar lo que nadie tiene interés de ver, de preguntar lo que nadie quiere responder y de presupuestar lo que la cartera no cobrada podría pagar. Eso si las personas entendieran la importancia de la cuota de administración, ya que con ella, se mantienen las áreas comunes, el gimnasio y la piscina que muy seguramente sus hijos o invitados usan en aquellos fines de semana cuando se tiene la visita de la suegra. Este gran candidato a su amistad, tiene mucho para decirle sobre su propiedad, por eso es vital que su relación sea la más cercana posible con éste emulador de mejor amigo.
INQUIETUDES, PETICIONES, QUEJAS Y RECLAMOS: Es a quien usted llama cada vez que se va la luz para hacerle saber su enojo por no poder terminar el partido de X-Box en donde Colombia por fin superaba a Brasil, y más honorable aún, gracias a usted. Y que decir cuando en el acto de la ducha, se va el agua y quedó enjabonado hasta los ojos, por ese tubo roto que el plomero administrador debió predecir estallaría. O del final de aquella novela favorita que se vio interrumpida porque a algún vecino se le dio por mover la antena trastocando por error la suya. El administrador debe ser 24 horas, pues si el problema surge a las 4am no hay pero que valga para solicitarle que por favor solucione. Es quien se encarga de recibir, contestar y entregar, todas las quejas que arriben a la administración o de elevar al consejo si fuera necesario, siempre de manera escrita o con pruebas contundentes como por si hubiera lugar a defensa del área que representa. Y ni que decir cuando queda de intermediario, o se gana el amor de un vecino por el odio del otro… Y así, mientras uno le envía frutas en agradecimiento, el otro se irá a proliferar su ira con los demás vecinos y al consejo si fuera posible.
Pero como lo que se debe multiplicar es todo lo bueno, queda cordialmente invitado a la segunda parte de ésta dinámica explicación sobre una labor que como las aguas mansas, es muy profunda.
(Las 4S)
