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Solo tres años después de que sus hijos fueran ultrajados sexualmente por un soldado profesional en Yopal una madre escuchó como ellos hablaban del tema y se percató de esta triste realidad. Inmediatamente lo denunció y este fue apresado preventivamente, pero ella teme por la salud mental de los dos jóvenes y que por cualquier tecnicismo el depredador quede libre.
La señora Claudia* expresó en medio del dolor, angustia y tristeza que un día del mes de abril cuando ella lavaba ropa, accidentalmente, escuchó como su hijo mayor de 16 años le preguntaba al menor de 10 años que “si a él también lo había jodido el Nelson”. Ahí sintió una sensación de frío que recorrió todo su cuerpo. Como pudo se sobrepuso y siguió escuchando la conversación, en la que el chico mayor dijo que a él lo había comenzado a abusar desde los 13 años y al pequeño lo accedió dos veces el año anterior.
Al confrontarlos y preguntarles por qué no le habían informado de lo que estaba sucediendo, ellos dijeron que el militar los había amenazado con matarla a ella y ahí sí quedarían huérfanos de padre y madre, dado que 11 años atrás había fallecido su padre.
Claudia* dijo que jamás pensó que el hombre con el cual había compartido años de infancia en una vereda y que luego se había reencontrado en Yopal y al que consideraba su hermano y amigo del alma, le hubiera podido hacer algo tan monstruoso a sus hijos y a ella.
Ella tan pronto conoció lo sucedido informó a la policía nacional y miembros de la Sijin hicieron seguimiento y posteriormente la Fiscalía procedió a solicitar la orden de captura a un juez, quien la concedió y finalmente el hombre fue capturado y el juez de control de garantías le impuso medida de aseguramiento en cárcel.
El drama aumenta para ella porque su hijo mayor ha intentado suicidarse en dos ocasiones y teme por su vida mientras que su pequeño de 10 años está con atención sicológica. En su EPS del régimen contributivo autorizaron que él chico de 16 años sea atendido en una clínica de reposo en Bogotá, pero no ha logrado la cita y tampoco cuenta con recursos para desplazamientos, comida y hospedaje en esa ciudad.
Claudia, con apenas 35 años, para “ganarse la vida” realiza labores domésticas, lavado de ropas ajenas y lo que se conoce como oficios varios.
Hoy clama porque este hombre, Rude Nelson Ríos Cataño, quien presuntamente fue el que le hizo tanto daño a su familia, pague sus crímenes cometidos y su familia pueda recobrar algo de paz.
Por otra parte, le han recomendado conseguir un abogado que la asista durante el proceso contra el presunto abusador y por supuesto tampoco cuenta con recursos para ello.
