El 28 de agosto de 1963 delante del monumento a Abraham Lincoln en Washington, DC, y de 200.000 personas Mater Luther King, defensor de las vías pacíficas y de los derechos e inclusión social real para su comunidad, pronuncio su más famoso discurso exigiendo los derechos civiles para los afro descendientes. “Yo tengo un sueño” . Porque también tengo un sueño para Yopal, como cada uno de quienes me escuchan, decidí abandonar mi auto retiro para compartir mis reflexiones con sus habitantes frente a la crisis institucional que a todos nos aqueja.
El desafío que tenemos por delante en medio del caos y dificultades de Yopal es muy grande. Una capital donde los inmigrantes somos más. El dilema es continuar y legitimar la inestabilidad institucional de estos casi eternos dos años o tener el coraje, de dar un giro y salir del fango en que nos hallamos. El destino de la ciudad y de quienes queremos seguir teniéndola como morada y horizonte de nuestras quimeras, está indisolublemente atado a las próximas elecciones como el lazo a un perro… una falso nudo en cualquiera de las riendas ofrecidas nos podría ahorcar.
Vinimos a Yopal porque teníamos un sueño, el de un lugar lleno de oportunidades para muchos, especialmente para quienes no las conseguíamos en otras partes, el de construir una joven ciudad, que acogió a paisas, costeños, llaneros, etc., con generosidad. La vivimos y ayudamos a transformar como lo hacían nuestros hijos y familias. La ilusión del porvenir próspero, nos alentó y disfrutamos de dos décadas de bonanza. Se reemplazaron las trochas por calles, las velas por electricidad, los leños por gas. Tener casita propia en medio de esta fantasía siempre ha sido una pesadilla. Retumbaba el refrán de: “Tener casa no es ninguna riqueza pero no tenerla es mucha pobreza”.
Aparecieron los urbanizadores de promesas, los dueños de pirámides de esperanza, los patrones contratistas de tantos planes de vivienda hoy inconclusos. Fue tal su descaro, que como pagaban los peajes a autoridades complacientes, como sanción a sus incumplimientos les adjudicaban un contrato más grande para tapar el hueco del anterior. Puro carrusel con el que ni los jueces bienintencionados han podido. Las otras autoridades, la fiscalía, los órganos de control, siempre rezagados, Campo fértil para que apareciera como bendición, el flautista de Hamelin.
La tonada que sedujo a muchos era sencilla, repetir el verso que a la mayoría les habían dado puros papelitos nada realidades. Les vendió lo ajeno y así quien no entrega la posesión. En la práctica es imposible que algún día, autoridades desalojen los numerosos habitantes de allí . Con los servicios públicos, la vuelta fue así: Yo veré como les suministro agüita que no tienen los otros y para los demás les toca que me elijan de Alcalde para llevarlos con dineros públicos. Por el precio que pagaron, no aguanta. Una vez entregada la posesión del bien como arras, cerraron el trato, así estuviera impedido para cumplirles con lo último.
Sufrimos la dictadura de la minoría. Sé que ganaron unas elecciones, pero también sé, que con un tercio de abstención y con una votación de la cuarta parte del censo electoral. De ser tratados como parias, los políticos se disputan quieren tenerlos en su bolsillo.
¿Y los sueños de los demás habitantes que?, Casi todos estamos confundidos. Por la irresponsabilidad de un puñado y la apatía de muchísimos, sufrimos las consecuencias de nuestra propia indolencia. Hay actuar para no permitir seguir por las mismas. No será nada fácil, nos quieren enfrentar con ellos, nos quieren dividir entre bendecidos y malditos cuando compartimos la misma ciudad, ¿entonces qué hacer?. Reconocer esa realidad, ayudarles a legalizar su propiedad, proponerles inclusión social, llevarles Estado que es lo que ha faltado en todo este pedo y antes de que se geste allí un getto, una tierra de bacriem. Todos los candidatos deben tener posturas y propuestas concretas en esto. En lo electoral debemos tener la misma determinación que ellos cuando se embarcaron en ese proyecto político. Todos a votar por el próximo 26 de noviembre. Tengan presente que cada voto en blanco, cada abstención es otra oportunidad para seguir como estamos. El asunto es de vida o muerte para Yopal. La arrogancia en que se nada, es tal que en respuesta a los sueños de ellos, sin querer queriendo los han mandado a beber mierda.
MIGUEL ALFONSO PEREZ FIGUEREDO.
