El ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, afirmó que las aspersiones aéreas con glifosato seguirán suspendidas en Colombia, pese a la reciente apertura del presidente Gustavo Petro a considerar su eventual reactivación.
“Frente al principio de precaución, la sola probabilidad de riesgo impide la utilización de glifosato. Por ahora, se tendrá que mantener la prohibición y solo en condiciones extraordinarias podría darse un giro sobre su uso”, señaló el funcionario.
Montealegre advirtió sobre los riesgos para la salud que la evidencia científica ha asociado al herbicida, incluidos posibles efectos cancerígenos. En caso de que el método vuelva a aplicarse, dijo, no podrá convertirse en una política general: “Las fumigaciones deberán darse en casos excepcionales y sin desconocer los derechos humanos”.
El uso del glifosato ha sido objeto de debate durante más de dos décadas en Colombia. Bajo los gobiernos de Álvaro Uribe se fumigaron hasta 300 mil hectáreas por año, pero la práctica fue restringida tras una demanda internacional de Ecuador y suspendida definitivamente en 2015 por el expresidente Juan Manuel Santos. Iván Duque intentó reactivarla en 2018, sin éxito, mientras que desde 2017 la Corte Constitucional mantiene la prohibición por los riesgos ambientales y de salud.
