
Sigo dudando sobre la efectividad de las medidas administrativas que a diario toman nuestros gobernantes frente al Covid 19. Hasta ahora, lo único cierto es que esta pandemia se originó en China y se extendió por todo el planeta acabando con la economía especialmente en los países desarrollados.
El virus acabó con el turismo, el sector industrial de la confección, las actividades de recreación, restaurantes y otros sectores del comercio y servicios. La ruina es total y el desempleo simplemente espantoso. Los toques de queda, pico y cédula, cierre de establecimientos, cierre de vías, todos en la cama o todos en el suelo, amárrenlos, confinamiento con hambre, cuarentenas, todo lo de ciencia ficción, son medidas que no acaban con el virus sino con la economía de los pueblos.
Medellín, por ejemplo, ha utilizado herramientas de alta gerencia pública, como el big data, la inteligencia artificial, matemáticas avanzadas para controlar esta pandemia, sin resultados positivos. El virus sigue ahí, riéndose, con las UCI al tope. Igualmente, Bogotá.
Mientras que Barranquilla, sin muchas restricciones y alardes dictatoriales, el virus ha sido más amigable. ¿Será que los costeños son más disciplinados que los ingleses o que los paisas? Existen países como Haití, sin recursos, sin infraestructura hospitalaria, sin futuro y con hambre, donde el Covid 19 no los ha desaparecido.
De la misma manera, regiones pobres del Africa, donde el olvido es total y la hambruna es su principal compañía, y todavía no han sido borrados del planeta. En la cárcel de Villavicencio, con el hacinamiento tradicional de estos establecimientos, 1000 internos fueron contagiados, con apenas 4 muertos. El tratamiento: moringa y agua de panela caliente (no confundir Moringa, con Marimba). Ahí están vivos.
Hasta ahora, la vacuna es la única salida eficaz. El mercado de la pandemia se lo están peleando las farmacéuticas como Pzifer, Biontech, Moderna Therrapuetics, Lanza Group, Johnson &Johnson, Gilead, Abbott y Roche, que luchan contra las farmacéutidas chinas y rusas, para quedarse con este billonario botín. Saramago (Ensayo sobre la lucidez), dijo: “los humanos son los únicos capaces de mentir”. Mientras que Aristóteles afirmaba que el hombre es el único animal que ríe. Así que, entre sonrisas y mentiras, se pueden dar los grandes crímenes de la humanidad, los actos de corrupción más sofisticados y perversos, así como las acciones de mayor ternura de un ángel del cielo.
Por: Francisco Cuello Duarte
