Yudi Paola Chaparro, una joven de tan solo 19 años de edad, se enfrenta por estos días uno de los momentos más difíciles de su corta existencia. Ella reside en el municipio de Mani. Fue allí donde tuvieron lugar los hechos que hoy la tienen sumida en la zozobra y el desespero.
Hace algunos días en un acto de intolerancia, un vecino agredió a su padre, Arnoldo Buitrago Chaparro, causándole una herida con arma corto punzante a la altura del abdomen. En ese punto comenzó el calvario. La primera estación se dio en los escenarios lúgubres de los servicios de salud.
La danza de las remisiones y demás trámites, que son el panorama habitual de nuestro sistema, se movió entre el HORO, la casa y el hospital de Maní. Mientras hacía el recorrido por este triángulo, al paciente se le deterioraba su salud.
Después de varios días los galenos descubrieron que la herida le había perforado el intestino grueso, lo que infectó de inmediato a los órganos aledaños. Finalmente fue remitido a Sogamoso, donde, además, le detectaron agua en los pulmones. Hoy lucha desde un hospital de la ciudad boyacense, lucha por ganarle la partida a la muerte.
La otra arista que presenta esta situación, está relacionada directamente con el sistema de justicia. Yudi denunció que tuvo muchas trabas para presentar la denuncia. Contó que la Fiscalía de Maní le manifestó que la denuncia, la debía presentar personalmente la víctima del hecho.
Algo que ella no entendía, porque en el estado de gravedad que se encontraba su padre, era prácticamente imposible, que se desplazara hasta las oficinas de la Fiscalía, para presentar la denuncia. No obstante, cuando el viacrucis de la atención en salud, tuvo una estación en la casa del paciente, hicieron el esfuerzo y lo llevaron ante la autoridad judicial.
Pasaron los días a la espera de una respuesta efectiva por parte de la justicia. Mientras tanto se agravó el estado de salud de la víctima, por lo que tuvo que ser trasladada a Sogamoso. Ahora Yudi debe permanecer expectante a que la Fiscalía proceda con celeridad.
Además tiene que lidiar con el presunto agresor de padre, a quien identificó como Pedro Elías, Martín Martínez. Según la joven, cada que el señor es presa del licor, se jacta lo sucedió y se ríe porque la justicia no ha hecho nada para detenerlo. Debido al estado de agresividad de esta persona, Yudi manifestó que teme por su vida.
El director de Fiscalías de Casanare, John Fredy Encilanes en respuesta a las denuncias hechas por la señorita Chaparro, aseveró que vas a solicitar un informe a la Fiscalía de Maní, para establecer que paso en realidad y determinar si hubo falencias en el procedimiento del ente investigador.
Preciso que es necesario conocer cuadro clínico de las entidades de salud que atendieron a la víctima, para determinar si se configuró un caso de lesiones personales o se trató de un intento de homicidio.
Recordó que las denuncias por lesiones leves las debe instaurar la víctima, entre tanto que las lesiones agravadas, debe asumirlas la Fiscalía, por oficio.
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