La Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Perú condenó este jueves al expresidente Pedro Castillo a 11 años, 5 meses y 15 días de prisión por el delito de conspiración para la rebelión, como resultado del proceso judicial abierto tras su intento fallido de autogolpe del 7 de diciembre de 2022. El fallo llega a pocos días de que el exmandatario pudiera quedar en libertad, dado que la prisión preventiva estaba próxima a cumplirse.
El tribunal concluyó que el golpe no llegó a consumarse, un elemento que modificó la dirección del proceso penal. Durante el juicio, la Fiscalía ajustó su solicitud de pena: pasó de pedir 34 años de cárcel por rebelión consumada a solicitar una condena acorde con la conspiración, figura que el tribunal demostró acreditada por las actuaciones del expresidente ese día, cuando anunció la resolución del Congreso, la instauración de un “gobierno de excepción” y la reorganización del sistema judicial.
La Corte señaló que aquel mensaje televisado desencadenó la mayor crisis política reciente del país, con la inmediata reacción del Congreso, la salida de Castillo del poder y su posterior detención por parte de las autoridades.
Con la condena ya impuesta, el expresidente permanece recluido mientras avanza un segundo proceso por corrupción, que incluye investigaciones sobre presuntos actos cometidos durante su administración. La sentencia por conspiración se suma al conjunto de procedimientos judiciales que mantienen a Castillo en prisión desde el día en que intentó disolver los poderes públicos y alterar el orden constitucional.
