
2:30 pm: Al llegar a los EE.UU, fuí enviado por inmigración a una sala llena de latinoamericanos, mientras tanto veía como las otras caras bufoneaban pasando frente a inmigración, algunos ni siquiera veían de frente a el entrevistador. Pasaron 5 minutos para que me pasaran a otra sala, un poco más vacía, con sillas que daban de frente a un televisor con una película del viejo Oeste y a nuestra espalda varios agentes de inmigración detrás de sus escritorios. Éramos casi 27 personas, entre las cuales pudr distinguir a 20 médicos cubanos, algunos 5 colombianos y un afrodecendiente nortemaericano que al parecer había perdido su pasaporte en Dinamarca.
Después de 20 minutos fuí llamado por uno de los agentes para un cuarto privado, el agente Santiago, de tez blanca y latina inició un interrogatorio para saber que quería hacer yo en los eeuu. Me pregunto de donde venía, por cuanto tiempo me iba a quedar y de repente comenzó a hacer mucho énfasis en mi último viaje a los eeuu en el cual demoré seis meses… «tu y yo somos personas grandes, que saben que en este país hay que trabajar, ni siquiera yo puedo darme unas vacaciones de 6 meses, que tu hacías para ganar dinero, y ten cuidado con lo que dices, por que no tengo paciencia hoy.» Entre otras afrentas. La boca y la mente me jugaron una pasada, algo me decía que debía decir la verdad, que sí! Que había trabajado. Tal vez, siendo sincero me dejara ir en paz y podría ver a Tirzah en dos días en Filadelfia. Nunca dejé de pensar en ella y en nosotros.
Ganaba 5 mas propinas. Ok. Salió. Los minutos aquí se hicieron mas largos, desde aquí el tiempo se planchó extenso, las horas duraron dìas, los minutos duraron horas. Mi mente cambió a ser una nube de culpas, de arrepentimientos, reflexiones, mentiras y verdades. Decidí ser frente a la policia de inmigración quién siempre he sido. Mentir, no ser.
El oficial Santiago me pidió que lo acompañara a recoger mi maleta, que me iba a hacer una inspección, fuimosnpor la maleta y en cuarto me hicieron quitar los cordones de los zapatos, el cordón que sujeta la capucha de mi buso. Entre el otro oficial y Santiago, sacaron todo de mis dos maletas, con preguntas intermedias como de que son estas fotografías? Estas cartas? Pintas Omar? Que pintas? Por qué tienes un Social Security? Vienes solo con 200 doláres? Sí, iba solo con 200. A la siguiente semana ya comenzaría a trabajar.
Me llevaron después a un cuarto vacío con un rollo de papel higienico, un colchón azul que se veía cómodo, almohadas de avión y cobijas de distintas aerolíneas, el cuarto tambíen tenía un sanitario de metal que en la parte de arriba se convertía en un lavamanos, estaba oficialmente encanado en el aeropuerto, me habían quitado los cordones para evitar intento de suicidio.
Pasó otro lapso de tiempo, hasta que me llevaron a donde el Oficial Lues, al parecer una jerarquía mas baja que Santiago. Lues me hizo jurar decir la verdad respecto a todo lo que iba a preguntarme, y así fué, juré y dije toda la verdad, que había trabajado blabla, lo quisiera saber se lo dije, aún tenía la esperanza de que mi honradez me permitiera ver a Tirzah. En medio del confesatorio me dijo, Sabe ud. Que va a ser deportado?
Los silencios. Las preguntas. La resignación.
Llamé a Tirzah y a mi padre para decirles lo sucedido. Las lágrimas me brotaban de los ojos por las ilusiones rotas que los demás tenian en mí. Ilusiones simples de abrazos y de besos.
Fuí devuelto a mi cuarto solitario en donde grité y lloré hasta que lo saque todo, nunca me había escuchado gritar y llorar así, nunca me había sentido tan idiota por ser sincero. Nunca pensé en que en este preciso momento debía haber sido el mejor mentiroso. Por accidente había guardado mi celular en el bolsillo ya que en el cuarto no podía tener mas que la ropa puesta. Tomé algunas fotos.
Después del drama del cuarto solo, intenté meditar, pensé en todos,en los que me habían dicho adiós, en los que me esperaban, en todos. La tristeza de no verla hoy me acuchillaba el cuerpo y no había nada que pudiera cambiar. Me arropé con las cobijas de aerolíneas y comencé a tener lapsos de sueño que no han desaparecido desde entonces de 10 a 40 minutos, sintiendo que he dormido durante horas.
2:40 am
Me trasladaron a otro cuarto, donde había otro colombiano, este estaba durmiendo en el suelo, y se veía mas triste que yo. Solo super que estaba ahí por una carta de su hija que vivía en Cali. A los 10 minutos entraron los oficiales, y me dijeron que nos ibamos… yo quedé sorprendido pues sabía que el vuelo en el que me iban a devolver era en el que voy en este momento Miami-Medellín 22 de Feb a las 1:35 pm. Me pidieron que diera la espalda yo siguiente que sentí fueron unas esposas que me hicieron sentir mas dura la condena. Me trasladaron a un carro de policia.
Salimos del aeropuerto, ahí iba yo, en la patrulla esposado, dándome una vueltica por Miami, no era eso lo que yo quería?
Nos alejamos de la ciudad y comenzamos a andar por una calle angosta rodeada de altos pinos, en frente de la cual se abrió un espacio con un edificio de no mas de tres pisos rodeado por docenas de rejas, alambres de púas, seguridad, al parquearnos frente a la rejade la entrada, mientras los oficiales veían los picapiedraen un celular, adelante veía personas con las piernas y las manos esposadas subiendo a varios camiones, inmigrantes. Acababa de llegar a la prisión de Krome.
En la prisión me hicieron bañar y me dieron atuendos azules en una malla que podrían durarme hasta una semana, medias, camisas, camisones, pantalones, pantalonetas, todo azul. Me hicieron quitar los aretes y todas mis pertenencias fueron guardadas en distintas cajas y sobres marcadas con mis iniciales. Me pusieron una pulsera que era mi nueva identificación en el mundo, en ese único mundo que ahora era todo, ya no existía mi equipaje, ni mis maletas, ni mis fotos, mis amigos y mis familiares se convitieron en solo un recuerdo, ahora era Colombia-054.