La comunidad del municipio de Támara sospecha que en los próximos días el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos –Invima- ordene el cierre de su planta de sacrificio animal. Con ello, dicen, aumentaría el abigeato y los mimos problemas sanitarios de la ciudadanía.
Este jueves 25 de mayo, el alcalde de esa localidad, Fernando Mantilla, se dirigió a la dirección nacional del Invima en Bogotá, en donde pedirá que se autorice la operación de la actual planta de sacrificio local como un centro de autoconsumo.
En este sentido, argumenta que actualmente tienen la licencia vigente y sin condicionamientos por lo que se garantiza la legalidad e inocuidad del producto que consumen los tamareños. Y, por el contrario, cerrarla y obligar a que se adquiera la carne en Paz de Ariporo o Yopal aumentaría los casos de abigeato y sacrificio de ganado sin ningún control fito sanitario.
