Varios son los reportes sobre delincuentes extranjeros, que hacen los ciudadanos de Paz de Ariporo, quienes tienen que ver cómo el ladrón que denunciaron viene recargado a su barrio tras haber sido liberado. Y es que es muy difícil para las autoridades judicializar a extrajeros sin identificación que conocen perfectamente los vacíos de la ley colombiana para aprovecharse de ella y hacer de las suyas.
Muchas son las modalidades utilizadas por estos inadaptados para quedarse con lo ajeno y comercializarlo en un mercado negro bien estructurado que todos conocen, pero nadie se atreve a denunciar. Unos ingresan por los techos, otros dañan las barras de las ventanas con herramientas de torsión, otros ingresan de manera silenciosa por los patios y otros que simplemente llegan a las casas armados a atracar.
Este es el caso de Camila, nombre cambiado para proteger a la víctima. Camila tiene un bebé de dos años de edad, el calor insoportable de los días en paz de Ariporo hace que por momentos salga a tomar la sombra de los árboles que tiene sembrados en el frente de su casa, es su casa: su morada, ¿Qué podría pasar si sale a compartir con su hijo en la puerta de su casa? Pues que la atracan.
El pasado sábado mientras Camila amamanta a su hijo y revisa sus redes sociales, se acercan dos delincuentes en una moto, detienen la marcha unos metros antes de llegar a su víctima, uno continúa caminando mientras el otro avanza lentamente en la moto, ellos ya tienen a su víctima identificada, aprovechan la distracción de la mujer y ponen un cuchillo en su cuello exigiéndole que entregue lo que tenga. En medio del susto Camila entrega su celular mientras el ladrón huye tomando nuevamente su lugar en la moto y se alejan como si nada.
Según el relato de Camila, la moto que usaron en su robo, es la misma que utilizan como fachada en una supuesta venta de plátanos ambulante, que en realidad lo que hacen es recorrer el pueblo identificando víctimas para robar. Son dos motos tipo todo terreno las que usan: una negra y una de tanque gris. Aunque Camila no logra identificar las marcas, con la descripción logró que la Policía capturara a uno de los delincuentes que tenía en su poder un celular que acababa de robar a otra mujer. Las víctimas son mujeres indefensas y preferiblemente con niños en sus brazos, eso hace que la mujer no reacciones por temor a que su pequeño salga lastimado.
Con vehemencia, Camila se pregunta qué pasa con la alcaldía municipal que no coordina esfuerzos con migración para deportar a estos ciudadanos venezolanos que han venido solo a hacer daño y vulnerar los derechos de los colombianos de bien que luchan día a día para conseguir sus cosas, mientras un indocumentado aprovecha para quitárselas en menos de cinco minutos. Ciudadanos de bien se encuentran tan ofendidos por esta actitud que ya se están organizando para ofrecer a los delincuentes la cura a su mal con las conocidas «paloterapias» que han dado excelentes resultados en otros lugares.
Conozca más detalles en el siguiente audio.
