Fueron más de cuatro mil, mas de cuatro mil los muertos esa fatídica noche del 6 de diciembre de 1 928 cuando el comandante Carlos Cortez Vargas ordenó a cuatro nidos de metralletas abrir fuego a la plaza en Ciénaga Magdalena repleta de trabajadores bananeros que sólo exigían dignidad. Toda la noche los trenes llevaron los cadáveres y los arrojaron al mar.
El 7 de junio de 1929 los gloriosos estudiantes colombianos protestaron porque el castigo que recibió Cortés Vargas fue el ser nombrado comandante en Bogotá. Marcharon y en la marcha fué asesinado el primer mártir de los estudiantes colombianos Gonzalo Bravo Perez.
Al día siguiente y en sus funerales se declaró el día del estudiante en Colombia. …veinticinco años después en la dictadura de Rojas Pinilla y conmemorando el día del estudiante el ejército irrumpe en la Universidad Nacional y pretendiendo acallar el movimiento estudiantil ataca a los estudiantes y asesina a Uriel Gutiérrez, al otro día, ese 9 de junio de 1954 en la marcha de protesta por la muerte de Uriel, el gobierno envía al batallón Colombia que recién venía de la guerra en Corea a reprimir la manifestación y asesinan vilmente a otros 11 estudiantes y hieren a otros 50.
A partir de ese entonces se establece definitivamente el día del estudiante colombiano. El día de ese luchador que construye sueños, el que con su energía, dinamismo y alegría construye y entiende un mejor país, el que no traga entero, el que analiza decide y lucha, el que junto a sus docentes recuerdan que otro país es posible, el que sueña y proyecta un futuro mejor.
Ojalá que el saber la historia nos haga entender que las muertes de cuatro mil y más campesinos colombianos, que la muerte de Gonzalo, Uriel, y todos los muchachos que han ofrendado sus vidas nos sirva para repensar este país, que entendamos que una mejor Colombia es posible, que sus muertes no han sido en vano y que seguiremos en busca de ese ideal que ellos y nosotros aún soñamos, que pensemos en los destinos de un país mejor.
A eso le hemos apostado y le seguiremos apostando, a una patria más digna, educada, libre de las cadenas de la ignorancia, de gobiernos que no apoyan la educación porque según sus postulados es mejor un pueblo embrutecido que uno pensante. Le seguiremos apostando a una patria que juntos, docentes, padres y estudiantes construyamos, una patria mejor y un futuro mejor. QUE VIVAN LOS ESTUDIANTES COLOMBIANOS, QUE VIVAN Y QUE POR SIEMPPRE QUE VIVAN Y QUE VIVAN.
Luis Servando González Ayala.
Yopal Casanare, 9 de junio de 2 017
