
La Orinoquia es reconocida por ser una de las regiones más biodiversas del país, “esta región alberga el 40% de todas las aves de Colombia, en las que se incluyen catorce especies globalmente amenazadas, once especies cuya distribución se restringe a Colombia o es compartida con otro país en el norte de Suramérica. De hecho, en las reservas naturales de la sociedad civil ubicadas en la vereda Altagracia del municipio de Trinidad, se puede encontrar más del 30% de toda la población del mundo del pato carretero afirma Carlos Ruiz Guerra, biólogo de la Asociación Calidris.
Precisamente uno de los ecosistemas más importantes y representativos de la Orinoquia colombiana, es la sabana inundable, la cual enfrenta actualmente diversas amenazas que ponen en riesgo su futuro y han traído consigo drásticas modificaciones, entre las que se destacan el decaimiento de la ganadería tradicional, la cual es una total adaptación histórica hecha por el llanero a las condiciones propias de la sabana inundable.
Para Laura Miranda, directora de la Fundación Cunaguaro “sin la sabana inundable y sus mecanismos internos de regulación hídrica y ecológica, no solo afectamos su biodiversidad sino que además tendremos implicaciones por la pérdida de la identidad cultural de la región, en un territorio donde es posible que la ganadería y la conservación vayan de la mano».
Es por ello que la Asociación Calidris con el apoyo de BirdLife Internacional, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos y de la Fundación Cunaguaro ha venido profundizando en el conocimiento de las aves de la sabana inundable del Casanare, con el objetivo de construir una iniciativa de conservación de la biodiversidad en este ecosistema, promoviendo e implementando buenas prácticas ganaderas.
Para BirdLife Internacional, Colombia puede ser parte de una de las iniciativas de conservación más exitosas en el continente, llamada la Alianza del Pastizal “la Alianza del Pastizal es una iniciativa que articula los diversos sectores gubernamentales y no gubernamentales, para alcanzar un desarrollo agropecuario y forestal sustentable y así promover el desarrollo social, el crecimiento económico y la conservación de la naturaleza, junto con sus bienes y servicios ambientales” sostiene Esteban Carriquiry, Coordinador Nacional de la Alianza del Pastizal en Uruguay.