Me obsesioné con la fotografía hace más de10 años, justo cuando me mudé a Yopal.
Eso hizo de mi cámara la excusa perfecta para explorar la ciudad y el deslumbrante mundo rural que la rodea. Con ella descubrí que el llano no es sólo llano, y que su gente es mucho más que sombreros ante un atardecer. Así que decidí compartir mi mirada de a poquitos, con porta-retratos que muestren historias de un territorio y una gente que es muchas cosas a la vez.
Fiestas en Chámeza 2020

Siempre le he temido a las corralejas. Me dan miedo los borrachos, la estupidez humana, y la fuerza de la turba. Particularmente me destiemplan los comentarios sexistas y por demás, políticamente incorrectos de los presentadores, que tanto gustan y hacen reír a los demás.

Sin embargo, debo reconocer que, a pesar de eso, las corralejas y en general las fiestas o ferias de pueblo, se convirtieron en uno de mis principales placeres culposos. Son días de alegría, cerveza y sol. Días de salir en familia a encontrarse con “los demás”.
Días para reír a carcajadas de lo ridículo, lo raro o lo inusual. Días para escuchar la banda del pueblo, admirar la agilidad humana, y sentir la fuerza de la identidad y la hermandad. En últimas, son días de esperanza en los que es posible toparse con el abrazo de un padre, la complicidad de un pueblo o, incluso, con una repentina lluvia de melcochas.
Textos y fotografías: Natalia Roa López
