
Durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, la expresidenta de Brasil y actual presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), Dilma Rousseff, anunció oficialmente el ingreso de Colombia a esta institución financiera internacional impulsada por el grupo de los BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
El ingreso se produce un mes después de que el presidente Gustavo Petro presentara la solicitud formal, tras reunirse con Rousseff en Shanghái. La decisión se da en un contexto de tensiones diplomáticas con Estados Unidos, motivadas en parte por el acercamiento colombiano a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, liderada por China.
La canciller Laura Sarabia celebró el anuncio a través de sus redes sociales, afirmando: “Celebro la noticia que trasciende lo financiero y amplía nuestro horizonte. Seguimos abriendo camino hacia nuevas oportunidades para el país”.
El Nuevo Banco de Desarrollo, creado en 2015, tiene como objetivo financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en países emergentes. Una de sus principales características es que ofrece préstamos con tasas más bajas y menores condicionamientos que organismos tradicionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial. Su capital inicial fue de 50 mil millones de dólares, y tiene capacidad para otorgar hasta 34 mil millones de dólares en préstamos anuales.
Según confirmó el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, Colombia suscribirá 5.125 acciones del capital del banco, de las cuales 4.100 serán exigibles (como garantía) y 1.025 serán acciones pagadas en efectivo. El primer desembolso económico debe realizarse en los próximos seis meses, contados desde la entrega formal del documento de adhesión al gobierno de Brasil, país sede del banco.
Ventajas del ingreso al banco de los BRICS para Colombia:
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Acceso a financiación más flexible: Colombia podrá obtener recursos para obras clave en infraestructura, salud y energías limpias, con menos restricciones políticas y fiscales.
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Diversificación de aliados estratégicos: El ingreso fortalece los vínculos con economías emergentes como China, India y Brasil, reduciendo la dependencia de instituciones occidentales.
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Proyección internacional: La participación en el NDB permite a Colombia tener mayor protagonismo en escenarios globales alternativos a los liderados por EE. UU. y Europa.
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Fomento de la soberanía financiera: Al diversificar fuentes de financiación, el país gana mayor autonomía para diseñar su política económica.
Posibles desventajas o riesgos:
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Tensión diplomática: La decisión puede generar fricciones con socios tradicionales como Estados Unidos, que ven con recelo la expansión del BRICS.
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Compromiso fiscal: La compra de acciones representa una inversión millonaria en un contexto económico nacional con presiones fiscales.
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Riesgo reputacional: Algunos países miembros del BRICS enfrentan sanciones o cuestionamientos internacionales, lo que podría salpicar al NDB y afectar su legitimidad.
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Impacto aún limitado: A pesar de su potencial, el NDB aún no tiene la influencia global del FMI o el Banco Mundial, por lo que sus beneficios concretos dependerán de su consolidación.
Con este paso, Colombia se adentra en un nuevo escenario financiero internacional, en el que deberá equilibrar su tradicional cercanía con Occidente con su nueva participación en un bloque que plantea una arquitectura económica alternativa.