
Pasaron dos semanas y las autoridades nada saben sobre quienes asesinaron al líder campesino Daniel Abril. A la hora de buscar responsables, desde el movimiento social ponen la mirada en los intereses que Daniel enfrentaba con su lucha en defensa del ambiente y la comunidad. “
En la región del Casanare, en los llanos orientales de Colombia, se siente la ausencia de Daniel, a quien todos reconocen como un luchador incansable por la defensa de su territorio. Su asesinato, ocurrido el pasado 13 de noviembre no fue esclarecido; las autoridades ni siquiera han avanzado en la investigación.
Lo que sí se sabe es contra quienes peleaba Daniel. Aunque había sido perseguido y amenazado en otras ocasiones, su mayor y última batalla fue contra la Corporación Regional Autónoma de la Orinoquia -Corpoorinoquia-. Daniel estaba convencido que desde este ente administrativo se avala el despojo de los territorios en beneficio de las compañías petroleras.
“Asesinaron a una persona muy espontánea, muy alegre”
Carlos Roa, dirigente social y ambiental del Casanare, recuerda a Daniel “Yo lo conocí en un encuentro de derechos humanos en Villavicencio, en ese momento fue a denunciar los casos que había tenido de persecución de la fuerza pública. Después nos encontramos alrededor del tema de la defensa del territorio, de las defensa del ambiente frente a las compañías petroleras. A Daniel lo recuerdo porque cuando uno iba a Trinidad, él se reunía con todos y siempre con una sonrisa escuchaba los problemas de toda la vereda. Tenía una energía distinta, una paz y tranquilidad distintas para trabajar con la comunidad. Era una persona muy espontánea y alegre”.
También los indígenas de la región valoran la actividad del líder campesino asesinado. en el resguardo Barro Negro, un dirigente U´wa relata: “Fue un líder que ha puesto su vida por la defensa del territorio y la defensa de los derechos. A él lo conocimos haciendo una labor muy importante para el departamento, se destacaba por exigir los derechos de las comunidades. Daniel metió los pies al barro, recogió firmas para denunciar a la dirección de Corpoorinoquia”.
El Morro es un corregimiento de la capital del Casanare; allí es el dirigente social Orlando Camargo quien lo recuerda: “Era un compañero que estaba en la parte ambiental para defender nuestros territorios de las multinacionales, para que no nos perjudicaran nuestros terrenos con la desaparición del agua, de las plantas. La muerte de Daniel fue una vacío total en la región, con él acordábamos trabajos en El Morro, en Trinidad. Nos ha dolido mucho su muerte”.
¿Por qué lo mataron? No se sabe con certeza. Carlos Roa relata los últimos pasos de Daniel: “Ahora estábamos haciendo exigencias frente a la directora de Corporinoquia; Daniel estaba convencido que las labores de la institución de control ambiental en la región y en el país no habían sido las mejores, pues habían dejado perder caños, esteros, morichales, ríos y todas la riqueza del departamento en favorecimiento de las compañías petroleras”.
(Agencia de Comunicación de los Pueblos)