
Este martes 1 de julio, la Fiscalía General de la Nación, en coordinación con el Ejército Nacional, confirmó el hallazgo de los cuerpos sin vida de los ocho líderes sociales y religiosos que habían desaparecido desde el pasado 4 de abril en el municipio de Calamar.
Los cuerpos fueron encontrados en una fosa común ubicada en zona rural selvática de ese municipio, tras varias semanas de labores de inteligencia y operaciones especiales de búsqueda. Las víctimas, cuyos nombres ya fueron entregados a sus familiares, son: Jesús y Carlos Valero, Marivel Silva, Isaid Gómez, Maryuri y Óscar Hernández, James Caicedo y Nixon Peñaloza Chacón.
Según la investigación, los ocho líderes, en su mayoría vinculados a comunidades evangélicas, fueron citados por miembros del frente “Armando Ríos” de las disidencias de las Farc. Se les acusaba de tener vínculos con una supuesta célula del ELN en la región. Tras ser retenidos, habrían sido asesinados y enterrados clandestinamente.
Los cuerpos fueron exhumados y trasladados al Fuerte Militar de San José del Guaviare, para posteriormente ser llevados a Medicina Legal en Villavicencio, donde se realizarán pruebas de ADN para confirmar plenamente sus identidades.
Este hecho ha generado profundo dolor y consternación a nivel nacional. Organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos han elevado su voz para exigir justicia, garantías de protección a las comunidades y mayor presencia del Estado en territorios afectados por grupos armados ilegales.