
En un emotivo e inesperado gesto, el Papa Francisco apareció este domingo ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro al término de la misa del Domingo de Ramos, marcando así el inicio de la Semana Santa.
A pesar de continuar en proceso de recuperación por problemas de salud, el Santo Padre, de 88 años, fue visto en silla de ruedas y sin las cánulas nasales de oxígeno que había estado utilizando recientemente. Su aparición no estaba prevista dentro de la programación oficial del Vaticano.
“Buen Domingo de Ramos, buena Semana Santa”, expresó brevemente desde el altar central, saludando con afecto a los presentes.
Los médicos habían recomendado al pontífice dos meses de convalecencia y evitar el contacto con grandes multitudes, tras haber permanecido hospitalizado durante cinco semanas debido a una neumonía doble. Desde su alta médica el pasado 23 de marzo, el Papa ha limitado sus apariciones públicas, aunque recientemente recibió en audiencia privada al rey Carlos y la reina Camila del Reino Unido.
El gesto del Papa ha sido recibido con gran entusiasmo y emoción por los fieles, quienes valoraron profundamente su esfuerzo por estar presente en uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico.