Cuando en el 2011 la comunidad pensó que el puente que requerían iba a ser una realidad, en poco tiempo ese proyecto quedó estancado porque el contratista nunca regresó a la obra y solo dejó construido un estribo de la infraestructura. La obra quedó abandonada desde entonces.
Por varias décadas la comunidad de la vereda la Iquía y sectores aledaños en Tauramena, solicitaron a las administraciones que se construyera un puente sobre el caño que lleva el mismo nombre.
Ana Silvia Martínez tesorera de la junta de acción comunal conoce muy bien la situación, porque su padre fue uno de las personas que más luchó por el puente y murió a sus 91 años sin ver la obra terminada.
Esta Tauramenera explicó que la situación era bastante compleja, porque cada período de lluvia el caño crecía tanto que impedía el paso hacia varias veredas de la zona. “Incluso en una época no pude ir a mi finca en 4 meses, porque sencillamente no había paso“.
“Había tanta incredulidad en este proyecto que incluso la gente no quería la obra, porque pensaban que nuevamente se iba a dejar abandonada. Pero acabar con elefantes blancos en todo el departamento se convirtió en una de mis prioridades“, afirmó el gobernador Marco Tulio Ruíz.
Esta obra que se ejecutó desde la secretaría de Obras que direcciona el ingeniero Wilson Arenas, tardó muy poco tiempo y fue construida con altos estándares de calidad para permitir el paso de todo tipo de vehículos.
Explicó Arenas que con esta obra del gobierno departamental, se favorece a un sector agropecuario de Tauramena, porque esas veredas son ganaderas y siembran piña, arroz y palma, entre otros. “Ahora estas familias tendrán más rentabilidad, porque hay un camino para sacar a la venta fácilmente sus productos“.